Desde los cotos de caza del emperador del Sacro Imperio Romano Maximiliano II hasta la lujosa residencia de verano de los Habsburgo, el Palacio de Schönbrunn tiene una rica historia que abarca más de 300 años. Ahora, un famoso símbolo de Viena y la principal atracción de la ciudad, desde 1996 este suntuoso palacio barroco ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Construido en el siglo XIII, el castillo de Hofburg fue originalmente una fortaleza medieval y se expandió a lo largo de los siglos hasta convertirse en el hermoso castillo que conocemos hoy en día: un símbolo de la cultura y la realeza austriacas. La parte más reciente del Palacio se añadió a principios del siglo XX, y la única parte restante que data de la época medieval es la Capilla o Burgkapelle.

El Prater, situado en el corazón de la ciudad, es el parque público más grande de Viena y también alberga uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo. Popular entre los lugareños y los turistas por igual, el parque es un lugar para divertirse y relajarse. Anteriormente utilizado como cotos de caza, el parque se abrió para el disfrute del público en 1766 con el establecimiento de cafeterías y cafés.

El Palacio Belvedere presenta no solo uno, sino dos palacios, el Belvedere superior e inferior separados por un extenso jardín principal situado en tres terrazas. Esta inmensa residencia de verano fue construida en el siglo XVIII para el príncipe y es famosa por su impresionante arquitectura barroca diseñada por Johann Lukas von Hildebrandt.

Kunsthistorisches Museum es el Museo de Bellas Artes de Viena ubicado en un complejo palaciego con una icónica cúpula octogonal que adorna el museo. Ubicado en Ringstraße, este es el museo de arte más grande de Austria, definitivamente vale la pena visitarlo o incluso una visita guiada para los verdaderos amantes del arte.